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Construcciones que abren nuevos horizontes 1851-1882

En colaboración con el cirujano Victor von Bruns, Christian Heinrich Erbe desarrolla diseños innovadores en el campo de la medicina.

Christian Heinrich Erbe (1821 – 1902)

Son tiempos turbulentos cuando Christian Heinrich Erbe vuelve en 1848 a Tubinga tras años de aprendizaje itinerante como oficial mecánico de precisión. Todavía no existe una nación alemana y en los pequeños estados alemanes hay una gran agitación económica y política. La revolución de 1848-49 sacude Europa y a sus habitantes. En estos tiempos de incertidumbre, el joven oficial, al igual que cientos de miles de sus contemporáneos, se plantea probar suerte en América. Pero entonces conoce a Marie Lenz. Ambos contraen matrimonio y el uno de octubre de 1851 Christian Heinrich Erbe abre un taller de mecánica en la calle Holzmarkt 3 de Tubinga.

Antes de su aprendizaje itinerante, Erbe había sido aprendiz con Johann Gottlieb Buzengeiger, un mecánico universitario de Tubinga con excelente reputación. Gracias a sus profundos conocimientos y su

esmero, Erbe se gana pronto la confianza de importantes profesores universitarios. En colaboración con el cirujano Victor von Bruns desarrolla innovadores diseños en el campo de la medicina. Poco tiempo después de abrir su taller, Christian Heinrich Erbe ya empieza a comerciar con productos de otros fabricantes de los campos de la óptica y los aparatos médicos.

Christian Heinrich Erbe ocupa numerosos cargos honoríficos. Es concejal municipal, jurado, juez de menores y hasta una edad avanzada almotacén jurado. En 1882 deja el taller en manos de su hijo Christian Gottlieb.

Christian Heinrich Erbe fallece en 1902 a la edad de 81 años.

A mediados del siglo XIX se utiliza en la galvanocauterización un alambre de platino calentado por corriente eléctrica para seccionar tejidos humanos. El instrumental para la galvanocauterización según el Dr. Victor von Bruns es de los primeros accesorios electromédicos fabricados por Erbe a partir de los años 1850. Bruns, un cirujano de fama mundial, abre nuevos caminos en la cirugía de laringe. Christian Heinrich Erbe construye para él numerosos instrumentos nuevos para la galvanocauterización que se utilizan prácticamente sin cambios durante décadas.

Como fuente de corriente para la aplicación médica de la galvanocauterización, los médicos utilizan baterías galvánicas hasta bien entrado el siglo XIX. Se sumergen placas de zinc y cobre o de cinc y carbón en ácido sulfúrico o crómico. Debido a la reacción electroquímica de los componentes se genera corriente continua que se utiliza con fines quirúrgicos.

Solo siete años después de su inauguración, el taller ya se queda demasiado pequeño y Christian Heinrich Erbe y su mujer Marie compran en 1858 el edificio de la Neue Straße 2 en Tubinga. El taller, la tienda y la vivienda se encuentran ahora bajo el mismo techo. Los Erbe tienen cuatro hijos. Dos de ellos mueren antes de su primer cumpleaños. En 1860, ya en la nueva vivienda, nace su hija pequeña Elisabetha.

El oftalmólogo de Tubinga Prof. Dr. Albrecht Nagel es el primero en presentar en 1867 en el Congreso Internacional de Oftalmólogos de París la idea de calcular el valor de refracción de los cristales de las gafas en metros (en lugar de en pulgadas como era habitual) y de designarlos según el valor inverso de la distancia focal. El sistema de Nagel permite asignar a los cristales débiles los números bajos y a los cristales potentes, los números altos, pero no se impone hasta el Congreso de Oftalmólogos de Heidelberg en 1874. Al final de su ponencia presenta la primera caja de gafas para examinar la visión según el nuevo sistema métrico: "Procedente del taller óptico de C. Erbe de Tubinga". El oftalmólogo francés Ferdinand Monoyer (1836-1912) introduce el término "dioptría" para denominar la nueva unidad de medida.

A partir del año 1860, Erbe suministra a los científicos de la Universidad de Tubinga microscopios que adquiere casi exclusivamente al alemán Edmund Hartnack en París. Cuando este debe huir precipitadamente con su familia a Potsdam debido a la guerra franco-prusiana en 1870-71, Erbe presta el dinero necesario a Hartnack, que por aquel entonces ya gozaba de fama internacional. Esto le permite comenzar una nueva vida y paga sus deudas en Tubinga con microscopios. El microscopio aquí mostrado data del año 1865 y posiblemente perteneciera al profesor de botánica Hugo von Mohl.

La hija del fundador de la empresa aprende la profesión de óptico en el negocio del padre. "Elise", como todos la llaman, no se casa y durante muchos años es la única empleada fija que ayuda a Christian Heinrich Erbe en su negocio.